El Barça está a punto de cerrar su plantilla a las puertas de disputar el primer torneo oficial de la temporada. La cumbre del pasado viernes en Londres no dio todos los frutos esperados, pero se sentaron las bases de unas negociaciones que en los últimos dos días se han acelerado. Ello ha propiciado que el acuerdo esté muy cerca de finiquitarse, con la llegada de Cesc Fàbregas al Camp Nou.
El vicepresidente deportivo, Josep Maria Bartomeu, y el director de fútbol, Raül Sanllehí, han estado en contacto permanente con el director ejecutivo del Arsenal, Ivan Gazidis, y las últimas condiciones ofrecidas por el conjunto blaugrana están muy cerca de satisfacer las exigencias `gunners¿. La clave para que el traspaso sea una realidad en breve radica en gran parte al esfuerzo realizado por el jugador. El Arsenal consideraba insuficientes los 29 millones de euros fijos presentados por el Barça y en este punto ha sido cuando ha entrado en juego el centrocampista. Fàbregas ha decidido quemar todas las naves y renunciar a cinco millones que debía percibir en el Barça, uno por cada una de las próximas cinco temporadas. El de Arenys pondrá de su bolsillo un millón más del que añadió Javier Mascherano la última temporada para dejar el Liverpool y jugar en la Liga española.
Gracias a estos cinco millones de Cesc, el club blaugrana ascenderá su fijo hasta los 34 millones. Una cifra ya muy notable, a la que deben sumarse las variables. El Arsenal podría cumplir su objetivo de lograr los 40 millones de euros gracias a los incentivos. Aunque el presidente del conjunto inglés, Peter Hill-Wood, calificara estos incentivos de “fantasiosos” no lo son tanto. Ni mucho menos. El Barça premiará al Arsenal por títulos conseguidos. Y el equipo de Guardiola ha ganado diez títulos en las últimas tres temporadas, por lo que en el fondo es una garantía para el conjunto inglés.
El Arsenal ha valorado este nueva oferta del Barça de forma más positiva que en anteriores ocasiones, por lo que tanto en la entidad barcelonista como en el entorno del jugador existe el convencimiento de que la operación se cerrará en cuestión de horas. Falta el visto bueno definitivo procedente de las oficinas del Emirates, pero los detalles que quedan por pulir no se consideran ni mucho menos insalvables.
El Arsenal inscribió ayer de forma oficial a Fàbregas para la previa de la Champions League que debe enfrentarle al Udinese, aunque es un trámite que a efectos prácticos no tiene relevancia. El club inglés debe hacerlo para mantener la apariencia de normalidad mientras no se cierre el traspaso, pero Wenger está preparando la eliminatoria sabiendo que Cesc no estará bajo sus órdenes. Por mucho que el traspaso se pueda demorar todavía unos días, el de Arenys tiene tomada la decisión de no vestir más la camiseta del Arsenal y su entrenador no va a forzarle. Al contrario, el francés está presionando a Gazidis para que venda de inmediato y poder reforzar de inmediato la plantilla. Las dos salidas que están al caer son las de Cesc y Nasri, quien está a punto de firmar por el Manchester City por unos 20 millones de euros. Los traspasos son tan evidentes que incluso uno de sus compañeros, el francés Chamakh, reconoció en declaraciones a `L¿Equipe TV¿ que “si no se han ido antes ha sido porque el entrenador no les ha encontrado sustituto”.
Mientras llega el desenlace, Cesc se continúa preparando con una meta clara: estar a disposición de Pep Guardiola para la final de la Supercopa de España. El de Arenys lleva un mes y medio entrenándose y desde la pasada semana lo hace con el equipo. Le faltará ritmo de competición, pero sus ganas por defender la camiseta del Barça pueden suplir cualquier carencia.
Toni Frieros/Jordi Gil
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